No se podría escribir de los sesenta en el teatro cubano sin mencionar a Manuel Reguera Saumell (Camagüey, 1928), también arquitecto y pintor, asentado en Barcelona desde 1967 con una exitosa carrera como profesor y narrador: cuatro novelas publicadas. Cuando se premia Sara en el traspatio, dirigida por Rubén Vigón en 1961 nace un autor que aunque abandona la escritura teatral, continúa representándose y cuyas obras siguen en pie.
"Armado de excelente técnica, Reguera Saumell va a construir su teatro en el recuerdo amargo y obsesivo de la provincia, con sus temas perennes de frustración, hipocresía y desmoronamiento moral," escribió Rine Leal en 1967, mientras Carlos Espinosa Domínguez en 1992 lo calificó de "cronista implacable" que descubre el infierno que se oculta tras las ventanas y paredes de ese pueblecito de campo. Con nota introductoria de Rosa Ileana Boudet, la edición no pretende ser definitiva pues hay obras que parecen irrecuperables, sino un punto de partida, un peldaño para leerlo y representarlo.
De izquierda a derecha Albio Paz, Lilian Llerena y Magali Boix en La soga al euello. Al fondo, Helmo Hernández. |
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